Empresas Resilientes: riesgos calculados

Artículo para la Revista del Abogado.

El entorno en el que las empresas desarrollan su actividad está sujeto a constantes y vertiginosos procesos de cambio, los cuales hacen que cada vez sea más aplicable, en el ámbito empresarial, la ley natural de ‘adaptarse o morir’. La correcta identificación, prevención, gestión y tratamiento de los riesgos constituye uno de los pilares fundamentales para garantizar la resiliencia de las organizaciones.

 “Saber anticiparse a los riesgos es una de las características que distinguen a las empresas resilientes de aquellas que no lo son.”


Según el diccionario de la Real Academia Española, la resiliencia consiste en la “Capacidad humana de asumir con flexibilidad situaciones limite y sobreponerse a ellas” así como la “Capacidad de un material elástico para absorber y almacenar energía de deformación”. 

Como podemos ver, dicho término es utilizado tanto en la psicología como en la física y tiene a describir una capacidad adaptativa. Sin embargo, cabe mencionar que, en los últimos años, este concepto también ha ganado aceptación dentro de las ciencias económico-administrativas, donde se le concibe como una aptitud indispensable que permite a las empresas garantizar su supervivencia. Las organizaciones resilientes tienen la capacidad de renovarse, de reorganizarse y de sacar partido de los cambios, la incertidumbre y la inestabilidad del entorno, viéndolos como una oportunidad para innovar y volverse más competitivas.

Podemos afirmar que una empresa resiliente es aquella que:

Gráfico 1: Características de una empresa resiliente


  1. Implementa los mecanismos necesarios para prevenir la ocurrencia de consecuencias negativas que pudieran poner en juego su supervivencia.
  2. Ejecuta las acciones necesarias para prevenir el empeoramiento de las consecuencias negativas al paso del tiempo.
  3. Lleva a cabo las medidas necesarias para recuperarse de las consecuencias negativas producidas por un evento adverso.


Ahora bien, es importante recordar que, ante el fenómeno de la globalización, ninguna organización es una entidad totalmente aislada, sino que necesariamente está relacionada o vinculada con otras organizaciones, con las cuales mantiene relación de negocios. En virtud de lo anterior, es preciso reconocer que la resiliencia de una organización está directamente relacionada con la resiliencia de las demás personas u organizaciones con las que está vinculada (v.gr. clientes, proveedores, agentes gubernamentales e, incluso, competidores), así como con la resiliencia individual de s personal y  de las comunidades ligadas a ella.

Si bien, es cierto que, gracias a la globalización, cada vez se vuelve más importante establecer mecanismos para garantizar la creación de alianzas inter-empresariales (con organizaciones gubernamentales y de la sociedad civil), también es cierto que ello no puede ser ajeno a la implementación de un adecuado sistema de prevención, control y gestión de riesgos, a efecto de evitar que las dichas alianzas puedan poner en juego la propia estabilidad y permanencia ante este entorno empresarial tan cambiante.

Algunos de los riesgos que consideramos que toda organización debe tomar en consideración (en virtud de que ninguna empresa está exenta de enfrentarse a ellos) son los siguientes:

Gráfico 2: Riesgos a los que se expone una organización

Como podemos ver, éstos son tan sólo algunos de los riesgos con los que día con día se enfrentan las organizaciones, y que en caso de no tratarse de manera adecuada y pertinente, podrían poner en juego su supervivencia.

El establecimiento de mecanismos de prevención y control resulta fundamental para asegurar la resiliencia de las organizaciones. Saber anticiparse a los riesgos es una de las características que distinguen a las empresas resilientes de aquéllas que no lo son, permitiéndoles atenuar las consecuencias de los eventos disruptivos para garantizar su supervivencia.

Finalmente, no podemos olvidarnos del gran papel que juegan la creatividad y la innovación para el desarrollo de empresas resilientes. Recordemos que, ante este entorno tan cámbiate, dichas cualidades resultan ser las única forma de mantenerse competitivos. Ninguna ventaja es sostenible en el largo plazo, es preciso emprender e innovar para garantizar la supervivencia.



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